Destaquemos la importancia en la confianza entre
Receptor y Practicante.
En la realidad cotidiana, como en todas las
profesiones, existen preconceptos acerca de la tarea que realiza el masajista
(hablando genéricamente). Algunas personas caen en la fantasía de que éste busca algún
beneficio sensorial para sí. Como en cualquier actividad, están los buenos
profesionales y los "no tan buenos". Es en este punto donde cada uno
de nosotros debe evaluar en quién va a confiar, tarea para nada sencilla.
Particularmente aconsejo tomar contacto en
principio, a través de referencias conocidas, y llegado el momento evaluar si
realmente esta persona me transmite la serenidad y confianza necesarias como
para ponerme en sus manos (por este motivo he creado la página "acerca de
mi").
El Practicante también hace su entrega sincera,
respetando desde su profesionalismo a cada individuo, brindando su energía,
experiencia, conocimientos y sensibilidad necesarios para que cada sesión sea
fructífera.
Pensemos que también el Practicante se encuentra en
principio con alguien a quien no conoce y sin embargo pondrá todo de su parte
para convertirse en un ser objetivo que acompaña a quien padece.
Cuando hablamos de Receptor – Practicante y nos
adentramos en el campo de las energías del Ser, nos estamos abriendo para
concentrarnos más allá del plano físico.
Algunas personas permanecen en estado de alerta,
aplicando todo tipo de barreras y prejuicios. Esto es en cierto modo natural:
es comprensible que frente al masaje y
al ambiente creado, se activen autodefensas en el Receptor, provenientes de los
aspectos culturales y sociales en los que vivimos inmersos, la educación
recibida, etc.
¿Pero no es acaso mucho más importante trascender este escenario
y permitirnos entrar por un momento en las áreas que nuestro ser pensante no
nos permite?
Frente a un panorama como el descripto, el Practicante se verá
limitado a una mecánica automatizada que cualquier persona podría realizar sin ningún conocimiento. Es cierto que al Practicante no le causará ningún
inconveniente, pero en todo caso no estará siendo honesto con la tarea para la
que fue convocado, y los resultados serán obviamente pobres o nulos.
Necesitamos confiar en la
persona que nos acompaña en la búsqueda, y poder relajar nuestro cuerpo, abrir
nuestra mente, y liberar nuestros sentimientos.
Es interesante observar en muchos casos durante una
sesión, la liberación de angustias reprimidas en forma de llanto, o risa
contenida. Las formas que nuestro cuerpo se expresa pueden ser infinitas. Qué
oportunidad mejor que durante una sesión para liberar nuestra carga!.
Debemos comprender que no siempre es sencillo
establecer la comunicación silenciosa e interna necesarias para alcanzar los
resultados buscados.
Es importante que la tarea y vocación de servicio
del Practicante sean valoradas y respetadas como tales.
El practicante puede llegar a percibir aspectos de nuestras
dolencias que en apariencia no están relacionados. Es escencial entonces, si
nos proponemos alcanzar un verdadero bienestar, abrir nuestra mente a los
cambios, pudiendo así dejar a un lado dolores y temores para alcanzar una
verdadera plenitud.
Si pretendemos convertirnos en seres saludables,
debemos enfrentar nuestros temores internos.
No estamos solos en el camino a nuestro bienestar.